18 oct 2014

A ti, Padre, mi Confesor...



En mi vida… en mis suspiros… en mis delirios…  en mi carne…  no puedo luchar contra mí misma.

En mis palabras… en mis besos… en mis cuerpo… en mis lágrimas… en mis recuerdos… ya no puedo ser la que siempre quiso ser. 

En mis ausencias… en tu presencia… en tu boca… en mi parpadeo… en mi cabeza… hay miles de pequeños trozos de película que me matan por dentro.

En mis eternas noches… en mis despertares… en mis mañanas… en mi reloj… siempre hay algo que se distorsiona demasiado.

En tu creencia… en mi fe… en tu vida después de la muerte… tras mi muerte… no hay más que nada… y nada es lo que es.

En mi locura… en mi enfermedad… en mi futuro… en mi pasado… siempre será igual.

Insomnio… calor…sexo... amor… amistad… vuelta a empezar.

Oh Padre, y confesor de mis pecados, cada noche vienes a mi celda, y perturbas mi mente, mi cuerpo, mi alma, soy tu fiel esclava, tu sumisa fiel que cada noche se entrega en cuerpo y alma en mis ensoñaciones, en mis mayores fantasías...

Castigue me Señor porque soy su más devota pecadora...

1 comentario:

  1. Jolines!!! Mientras leía se me ocurrían varias ideas para poner en mi comentario. Y ahora que llegué a las dos últimas líneas, en especial a las dos primeras palabras... se me nubló todo y no puedo decir más que: ayyyyy!!!!! aunado a un suspiro-gemido resignados a quedarse en la lectura...

    Definitivamente, la imagen cumplió su cometido jejejeje

    Saludos y hielitos (o esos para mí, no sé xD!!!!)

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